El primer tratado de aves del Estrecho, de Howard L. Irby ya está publicado en nuestro idioma.
“The Ornithology of the Straits of Gibraltar” recoge el listado de aves a ambos lados del estrecho, abarcando un amplio territorio del noroeste de Marruecos y del suroeste de España, incluyendo la provincia de Cádiz, principalmente, aunque también las de Málaga, Granada, Córdoba y Sevilla.
Se trata de la traducción de la segunda edición del libro, de 1895, resultado de la revisión y ampliación de la primera, que fue editada en 1875. En ella se recogen los datos recopilados por el autor durante sus tres años de estancia en Gibraltar, así como las notas de Favier al otro lado del estrecho, hablando de la biología y la fenología de las distintas especies, así como de la migración. También se aportan datos curiosos, no sólo acerca de la historia natural del territorio, sino acerca de la España rural de finales del siglo XIX, la mentalidad de sus gentes y su relación con la fauna y el entorno, narrado desde el punto de vista de un militar inglés aficionado a la ornitología.
Especies hoy en día desaparecidas de la región son descritas aquí como comunes, destacando el torillo andaluz, que el autor nos descubre como un ave residente en Gibraltar, Algeciras y Tarifa siendo incluso abundante hacia los campos de Benalup. La laguna de la Janda , en aquel entonces un humedal natural de vastas proporciones, acogía cientos de avutardas que, como se describe en la obra, eran cazadas en batidas. Pero no sólo estos datos nos parecerán sorprendentes. Los métodos usados por los ornitólogos y naturalistas de entonces, que no contaban con la óptica ni la tecnología de hoy en día, tenían poco de conservacionista, ya que a menudo recurrían a la escopeta y al expolio de nidos para observar una especie, llevando a cabo verdaderas masacres, que en aquel entonces se veían con normalidad e, incluso, con admiración.
Hay que destacar las láminas de Thorburn, bellas ilustraciones que acompañan a especies como el Rabilargo, el Águila Imperial o el Quebrantahuesos, que sirve de portada tanto en la edición original como en la traducida. La simple mención de estas especies nos ayuda a comprender la evolución que ha existido en el territorio y “el Irby” es una puerta al pasado del mismo que a todo aficionado le gustará descubrir.