Esta ruta es especialmente recomendable para realizarlo en familia ya que no presenta grado de dificultad alguno, combinando pequeños desplazamientos a pie con recorridos cortos en vehículo para ir de un punto de observación a otro. El recorrido de unos 4 km. nos permitirá contemplar la avifauna del lugar, caracterizado por una amplia extensión de pinar con abundante vegetación de matorral mediterráneo que llega hasta la costa. En algunos lugares el contacto con el mar lo forman acantilados.
Toda la zona tiene un alto valor paisajístico y la confluencia de estos dos ecosistemas, el pinar y el litoral, favorece la presencia de numerosas aves que buscan lugares para alimentarse o para nidificar y descansar. Algunas de estas aves son sedentarias y pueden ser avistadas durante todo el año, pero otras muchas son estivales (la mayoría) o invernantes y solo frecuentan estos parajes en épocas concretas.
Inicio: Faro de Conil: 36°17’44.05”N / 6° 8’23.91”O.
Final: Torre del Puerco: 36°19’52.25″N / 6° 9’40.91″O
Distancia: 4,5 km. en coche, más los recorridos a pié.
Dificultad: Muy baja.
Locomoción: Ruta combinada a pie y en coche.
Trazado: Lineal.
Temporada recomendada: Primavera, finales de verano y otoño.
Mapa:
Descripción de la ruta:
Comenzaremos en la localidad de Conil de la Frontera, tomando la CA2135 que se dirige al puerto. Pasaremos junto a la entrada de éste, situado en plena desembocadura del río Roche, y continuaremos unos 400 m. hasta llegar al Faro de Roche, donde situamos el primer punto de observación (1). Dicho faro se levanta sobre una antigua torre almenara del s. XVI, la Torre de Roche, que formaba parte de las edificaciones defensivas mandadas construir por el Duque de Medina Sidonia para proteger la costa de las incursiones berberiscas. Las aves marinas son las protagonistas de este lugar, que domina el paisaje del puerto de Conil y una amplia extensión de litoral hasta el Cabo de Trafalgar.
Desde este punto y si necesidad de coger el coche, nos desplazaremos por un sendero paralelo a la carretera y a unos 150 m. (2) llegaremos al Hito de Demarcación de Costas: PDC92, lugar con buena visibilidad de la costa y dónde se realiza el seguimiento de la migración de la espátula (Platalea leucorodias) desde el 20 de julio al 15 de noviembre (Proyecto Limes Platalea)
Para llegar al siguiente punto de observación desde el faro, continuaremos 1 km. en coche por la carretera que va paralela a la costa sobre el acantilado. Para acceder al mismo, dejaremos el vehículo estacionado a la derecha (3) ( 36°18’10.77″N / 6° 8’42.22″W), en un aparcamiento habilitado frente al sendero con barandillas de madera que llega hasta el borde del acantilado. Tras recorrer unos 150 m. entre vegetación de monte bajo, en la que predominan jaras, lentiscos y enebros marítimos, podremos situarnos sobre los cantiles rocosos de esta zona de la costa y contemplar las aves que utilizan las oquedades del acantilado para descansar y nidificar.
Desde esta zona elevada sobre el mar, entre los meses de abril y junio podremos contemplar algunos cetáceos, como delfines y orcas. Éstas últimas vienen siguiendo a los atunes en sus migraciones y son inconfundibles por su gran tamaño, hasta 9 metros, su gran aleta dorsal y su color negro, con amplias manchas blancas ovaladas a ambos lados de la cabeza.
Continuaremos la ruta en coche unos 300 m. más, hasta el siguiente aparcamiento que veremos a la derecha (4) ( 36°18’17.52″N / 6° 8’45.70″O), ubicado junto al acceso a un camino de tierra por el que andaremos unos 150 m. hasta llegar a una bifurcación, donde situamos el primer punto de observación del pinar. Ante nosotros contemplamos una extensa superficie de pinar con amplios claros que sobrevuelan las grandes rapaces planeadoras para procurarse el alimento.
Regresamos al vehículo y nos dirigimos al segundo punto de observación sobre el pinar. Para ello debemos atravesar la urbanización de Roche (continuando por la misma carretera asfaltada anterior), y a unos 500 m., después de las últimas casas, encontramos una bifurcación en una pequeña isleta. Aparcaremos al inicio del camino de tierra que se encuentra a la derecha, elegido como lugar de observación (5) ( 36°19’35.02″N / 6° 9’14.72″O). Realizando cortos recorridos por el camino de tierra divisaremos otra amplia zona de pinar denso a la derecha y grandes espacios abiertos con vegetación arbustiva a la izquierda, lugares idóneos para el campeo de las grandes rapaces. En el interior del pinar proliferan las pequeñas aves, revoloteando sobre la densa vegetación del monte bajo.
El siguiente punto de observación propuesto se localiza en el Mirador de Los Enebrales, al que accederemos continuando por la misma carretera unos 300 m. En esta ocasión aparcaremos a la izquierda (6) ( 36°19’44.41″N / 6° 9’20.00″O) y llegaremos hasta el mirador por un pequeño sendero con barandillas de madera. Se trata de una construcción en madera rústica de forma circular, con un banco de piedra corrido y techo de madera recubierto con brezo. Su entorno está poblado por vegetación arbustiva de escaso porte, que nos deja ver el océano a unos escasos 400 m. Desde el propio mirador o realizando pequeños recorridos a pie por los alrededores podremos avistar desde pequeñas aves hasta grandes rapaces, y también especies marinas.
Por último, para llegar al último punto del recorrido recorreremos 500 m. con el coche y giramos a la izquierda, hasta el final, dónde aparcaremos el coche para ir a la Torre del Puerco, la última de las torres almenaras del S.XVI que flanquean el litoral de Conil, y es otro de los lugares de seguimiento de la migración de la espátulas del Proyecto Limes Platalea (7) ( 36°19’52.25″N / 6° 9’40.91″O).
Especies:
Entre las especies sedentarias propias del pinar encontramos pequeños pájaros como carboneros, herrerillos, trepadores azules y agateadores comunes. También podemos observar aves algo más grandes como el pito real, el mirlo común y el arrendajo. El busardo ratonero es la rapaz diurna más abundante todo el año. Una de las aves más llamativas que podremos contemplar es el abejaruco, que sobrevuela incansablemente los terrenos despejados en pequeños y ruidosos bandos para capturar avispas, abejas y otros insectos voladores. Es una especie estival observable desde abril a octubre. Las especies de rapaces estivales que visitan la zona son el aguililla calzada, la culebrera europea y el milano negro, que podremos observar en número considerable durante los pasos migratorios. Comienzan a llegar en grandes bandos a primeros de marzo y retornan hacia África de agosto a octubre, formando bandos aún más numerosos pues les acompañan las crías nacidas en ese periodo.
El cernícalo primilla es una especie nidificante en el acantilado. Es una rapaz de mediano tamaño que compite por los huecos para anidar con los halcones peregrinos y las abundantes grajillas. Se trata de una especie estival con movimientos migratorios que comienza a llegar a mediados de febrero y retorna a África en octubre. Otra especie estival interesante es el chotacabras pardo, ave de mediano tamaño y hábitos crepusculares, de plumaje muy críptico con tonos pardos, que deambula buscando alimento por los caminos y claros del pinar al anochecer con un vuelo muy errático y que frecuentemente se posa en el suelo.
Entre las numerosas gaviotas que frecuentan los acantilados destacaremos por su singularidad a la escasa gaviota de Audouin. Invernante común en la zona, con algunos ejemplares veraneantes, realiza migraciones postnupciales en gran número entre agosto y septiembre. La podemos ver en compañía de alcatraces y pardelas pescando en el interior del mar.
Paisajes:
Pinares, matorral y litoral
Ficha financiada por:
«Ruta Milenaria del Atún»