Podemos afirmar que nos encontramos en un espacio especialmente privilegiado, que ha sobrevivido al desarrollo urbanístico y turístico de las décadas anteriores. En la actualidad existe una importante presión ciudadana e interés público para su conservación, ya que sus valores ambientales y paisajísticos así lo reclaman.
El lugar que vamos a recorrer se conoce con el nombre de “El Prado de Conil”. El río Salado está catalogado como LIC (Lugar de Importancia Comunitaria) por la Unión Europea y el Plan de Protección del Medio Físico de la Provincia de Cádiz califica el Prado de Conil como “Complejo litoral de interés ambiental”.
Nos adentramos, por tanto, en una zona de gran valor ecológico donde es muy importante no salirse del camino trazado y evitar hacer ruidos innecesarios que puedan molestar a las especies que habitan este tramo del litoral.
A lo largo de la franja costera, discurre un camino que llega hasta la desembocadura del arroyo Conilete, el cual hace de divisoria entre los términos municipales de Conil y de Vejer. A la derecha del camino recorrido se encuentra la playa de Castilnovo y a la izquierda el prado de Conil.
Inicio y final: 36°16’15.38”N/6° 5’16.19”O (Desembocadura del río Salado).
Distancia: 6 km (ida y vuelta).
Dificultad: Baja.
Locomoción: A pie.
Trazado: Lineal.
Temporada recomendada: Primavera, principios de verano, otoño e invierno.
Mapa:
Especies:
Águila pescadora, garzas reales e imperiales, garcetas comunes, espátulas, cigüeñuelas, chorlitejos, pagazas piconegras, fumareles comunes, calandrias, terreras, cogujadas y buitrones, alcaravanes, sisones, canastera, garcillas bueyeras, frailecillos, araos, págalos, pardelas…
Descripción de la ruta:
Esta ruta ofrece, por tanto, una gran variedad de ecosistemas, como son los estuarios del río Salado y del arroyo Conilete con sus marismas asociadas; playas y trenes de dunas poco elevados; encharcamientos temporales que conforman pequeñas lagunas; extensas zonas de pastizal, cultivos de secano y las zonas de transición entre dichos biotopos.
Junto a la desembocadura del río Salado, en lo que fueron antiguas salinas, también se desarrolla una pequeña marisma surcada por numerosos caños.
Esta variedad de hábitats hace que en cualquier parte del recorrido podamos ver especies, por lo que vamos a describir diferentes tramos que vamos a encontrar:
Comenzamos nuestro itinerario caminando por la pasarela de madera que hay instalada sobre la desembocadura del río Salado. Desde el punto más alto (1) (36°16’13.74″N / 6° 5’15.22″O), podremos observar las aves que estén descansando en el lugar aprovechando las bajadas de la marea, y también al águila pescadora en busca de peces.
En el siguiente tramo (2) (36°15’57.44″N/ 6° 5’5.67″O) estaremos atentos a las aves ocultas tras la depresión del terreno y la vegetación compuesta principalmente por juncos cerca de las aguas someras de la marisma y que se encuentran a la captura de pequeños peces y cangrejos. Podemos observar garzas reales e imperiales, garcetas comunes, espátulas, cigüeñuelas, chorlitejos, pagazas piconegras, fumareles comunes…
Sin salir del trazado, se continúa por la franja litoral, pasando cerca de la Torre de Castilnovo (3) (36°15’13.92″N/6° 4’47.72″O), construida en el S. XVI, antigua atalaya vigía para la defensa y vigilancia del litoral en la que se reproducen especies protegidas por lo que hay que evitar las molestias. Las zonas interiores más alejadas del mar configuran un mosaico en el que los pastizales se alternan con cultivos de secano, favoreciendo la presencia de aves propias de ambientes esteparios como las pequeñas calandrias, terreras, cogujadas y buitrones. Los alcaravanes, sisones, canastera, garcillas.
Por último, el siguiente tramo llega junto a junto a la desembocadura del Arroyo Conilete (4) (36°14’40.62″N/6° 4’41.31″O), allí podremos observar más limícolas buscando lombrices y pequeños crustáceos en los fangos, así como otras aves pertenecientes a la familia de los fringílidos que gustan de las semillas de las plantas existentes en la contraplaya.
El regreso podemos hacerlo por el mismo camino que hemos traído y también tenemos la opción de volver caminado por la playa, ya que desde el último lugar donde hemos estado es fácil acceder a la misma. Si optamos por la playa, hay que volver al sendero a la altura de la Torre de Castilnovo, pues luego los encharcamientos de la contraplaya nos impedirán cruzar.
En el recorrido por la playa podemos observar muchas especies de aves marinas. Durante el invierno tras fuertes temporales, muchas aves pelágicas como frailecillos, araos, págalos, pardelas… se acercan en busca de refugio y algunas de ellas que mueren en la mar son orilladas hasta estas costas. Si encontramos alguna es importante miras sus patas por si portan anilla metálica y de PVC y así, tras anotar datos como: especie, si la conocemos, fecha del encuentro, el estado de descomposición, edad y todos aquellos datos de interés que podamos aportar, podremos contribuir a que la labor del anillador haya cumplido con el objetivo marcado en su día que, entre otros, se encuentra el conocer las rutas migratorias.
Paisajes:
Estuario, marismas, playa, dunas, pequeñas lagunas, pastizal y zonas de cultivo.
Ficha financiada por:
«Ruta Milenaria del Atún»