La plataforma salvemos a los buitres ha comenzado una campaña de recogida de firmas para la reapertura y legalización de los muladares tradicionalmente explotados por los ganaderos y solucionar así la falta de alimento que están sufriendo dichas aves carroñeras.
El desencadenante del problema fue la aparición de la Encefalopatía Espongiforme Bovina (EEB en adelante), comúnmente conocida como “mal de las vacas locas”. El primer caso se detectó en 1986 en el Reino Unido multiplicándose hasta contabilizarse más de 100.000 en 1993. Se trataba de enfermedades neurodegenerativas, existiendo varias, características de diferentes especies y no siempre transmisibles entre especies distintas. Sus formas de transmisión eran dos: la ingesta de material contaminado o el contagio de la madre al feto. La causa de que en esta ocasión la enfermedad se comportara como una epidemia fue porque los piensos que se comercializaban para las vacas habían sido elaborados con restos de animales.
La expansión de la enfermedad activó las alertas en la Unión Europea que promulgó dos directivas a las que se adaptó la legislación en España mediante el RD 664/2007 , con el que se restringía la edad y las condiciones en que se podían dejar los animales muertos en puntos autorizados, no en el campo o en muladares.
Desde entonces, la situación del buitre a la hora de conseguir alimento ha sido complicada en nuestro país, hasta el punto de protagonizar noticias que contradicen su esencia, como el acoso a animales agonizantes o debilitados. Las razones de estos episodios son tres: la creación de servicios de recogida de
de reses muertas, la no aplicación de la normativa comunitaria y nacional favorable a la conservación de estas aves y la aniquilación de su vínculo con la ganadería tradicional.
Frente a los ataques esporádicos protagonizados por buitres, la respuesta de la administración ha sido indemnizar a los ganaderos cuyas reses se han visto afectadas, manteniendo la legislación a pesar de que la alerta por la enfermedad de las vacas locas ya no sea la de hace unos años.
Desde la plataforma Salvemos a los buitres, se busca la vuelta a la situación anterior en que el ganadero se deshace del animal muerto de una forma fácil y económica y se asegura que no será foco de epidemias, mientras el buitre recibe un aporte de alimento extra al que podría encontrar en el medio natural. Esta organización asegura que “A día de hoy los muladares explotados de forma tradicional son imprescindibles para nuestros buitres”. La conservación de los buitres es especialmente importante en España, ya que nuestro país tiene el privilegio de tener poblaciones reproductoras de las cuatro especies que existen en Europa: el Buitre Leonado (Gyps fulvus) con el 90 % de la población reproductora de Europa, el Buitre Negro (Aegypius monachus) con el 94%, el Alimoche (Neophron percnopterus) con el 82% y el 66% de la población europea de Quebrantahuesos (Gypaetus barbatus) .
Fuente: blog de Salvemos a los buitres